“Si, ¿operadora? comuníqueme con la empresa 3CX, por favor…” En la era de los teléfonos inteligentes, la telefonía IP, videoconferencias WebRTC y contestadoras automáticas digitales, a veces es difícil recordar los inicios de las telecomunicaciones, cómo empezó todo y quién estaba encargado de las conexiones en las primeras décadas de la telefonía.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer 2019, es interesante recordar la historia de las “chicas del cable”, estas operadoras que ayudaron a la popularización de los teléfonos en los hogares y que durante varias décadas fueron las encargadas de conectar a dos personas en diferentes sitios a través de un cable y dos clavijas.
Las primeras redes de comunicaciones requerían de la asistencia de operadores humanos para establecer las conexiones entre dos usuarios, es decir, la conmutación se hacía de forma manual. Cada par de clavijas formaba parte de un circuito con un interruptor que le permitía a la operadora participar en la llamada. Cada clavija tenía una luz indicadora en la parte superior que se encendía cuando el auricular era levantando en el teléfono intentando llamar (en los primeros sistemas era necesario dar cuerda a un generador para poder completar la llamada).
Antes de la llegada de la marcación de larga distancia y del DID, las operadoras telefónicas trabajaban en conjunto con sus contrapartes en alguna central telefónica en otra locación para poder completar las llamadas internacionales. El proceso era el siguiente, las personas que necesitaban realizar una llamada se comunicaban con la operadora en la oficina central, ella conectaba un cable al circuito adecuado para conectarse con otra telefonista, quien a su vez conectaba la llamada con la persona correcta y la conversación podía ser establecida. Al estar en completo control de la llamada, la operadora estaba en posición de escuchar conversaciones privadas en todo momento.
Un Poco de Historia
En Enero de 1878, George Willard Croy se convirtió en el primer operador telefónico cuando empezó a trabajar para la empresa Boston Telephone Dispatch y para el 1° de Septiembre del mismo año, esta misma empresa, contrataría a Emma Nutt quien se convertiría en la primera operadora telefónica de la historia. Este cambio se debió a la actitud y el comportamiento inaceptable de los adolescentes varones contratados para el servicio.
Emma fue contratada por el mismo Alexander Graham Bell y en su momento pudo recordar el directorio telefónico completo de la New England Telephone Company. Como consecuencia, más mujeres empezaron a ser contratadas para brindar este servicio y reemplazar a los hombres. Las empresas se dieron cuenta que las mujeres eran más corteses con los interlocutores, con más diligencia y rapidez al manejar los circuitos, así como su discreción y dulzura de voz.
Condiciones de Trabajo Difíciles
El personal era reclutado en su mayoría entre las solteras que podían demostrar una educación moral impecable. Las telefonistas perdían su empleo cuando se casaban. Existía un intento de reclutar jóvenes para estos puestos. Pero la falta de paciencia, disciplina y cortesía hacia sus interlocutores hicieron que estos hombres no durarán y rápidamente se convirtió en una profesión casi exclusivamente femenina, con la excepción de una parte del personal de noche.
Para conseguir el trabajo, también era necesario ser físicamente capaz de realizar todas las maniobras de cableado y trabajar entre 5 y 8 horas al día. Y, por supuesto, siendo siempre amable, cortés, ajeno a la cacofonía de incesante zumbido en los pasillos, donde decenas de operadoras gestionaban cientos de conexiones.
Su papel hoy en día
Estas son las mujeres que, en condiciones muy duras, participaron en el desarrollo de la telefonía y fueron las primeras en conectar al mundo. Su papel femenino ha dejado un legado en la historia. Hoy en día, en nuestros equipos modernos, nos sigue acompañando una voz femenina para ayudarnos a encontrar todo lo que buscamos, como ejemplo podemos nombrar a Alexa, Siri, Cortana o esa dulce voz del IVR de muchas empresas.